Kevin Magnussen

Llámalo un llanero solitario o un inconformista, pero Magnussen está aquí por una sola razón: para correr. 

Puede que sea un piloto de F1 de segunda generación - siguiendo a su padre Jan en la parrilla - pero los ídolos de Magnussen son de la"era dorada" de las carreras de Grand Prix, cuando Juan Manuel Fangio y Stirling Moss lo arriesgaron todo por amor al deporte.

La proeza del propio Roskilde quedó demostrada en su debut con McLaren, que lo guió a través de las categorías inferiores, cuando se situó entre los tres primeros en el Gran Premio de Australia, convirtiéndose en el primer danés en subir al podio en F1.